En ‘El Peral’ la discapacidad no conoce límites
El Centro Asistencial Municipal Inclusivo de Discapacidades ‘El Peral 1’, ubicado en Ficoa, sector La Delicia junto a la Casa de La Música, atiende a personas entre 18 a 64 años que padecen discapacidad física, intelectual, mental y psicosocial.
Las paredes del centro adornadas con los trabajos manuales de los usuarios se fusionan con las indicaciones escritas en el pizarrón. Unos moldean la masa para galletas de chocolate y vainilla, otros mezclan con delicadeza hierbas aromáticas recolectadas del huerto.
Mientras la Lic. Maribel Arauz, docente responsable del grupo de microemprendimiento explica cómo inició este proyecto; entre ellos bromean, juegan y sonríen para que el cliente compre uno de sus productos.
“El primer paso fue capacitarnos todo el equipo de profesores en la Escuela de Emprendimiento Municipal, posterior, identificamos a los usuarios que mostraron habilidades en la producción e iniciamos con el reto de enseñanza”, comentó Arauz.
Sobre la experiencia de aprendizaje con los 30 usuarios que conforman el proyecto, explica que fue “todo un reto”. Todo depende del ánimo con el que los chicos vengan y las ocurrencias, nunca faltan, agregó.
Luis Vargas, es uno de los chicos que decidieron aprender a hacer diferentes productos. Él tiene Síndrome de Down y su discapacidad no ha sido impedimento para aprender nuevas habilidades, al contrario, es portador de un carisma único, cualidad que le favorece en sus ventas.
Entre líneas, contó como es el proceso para hacer jabón de manos. Su favorito es el de leche, el cual recomienda para pieles sensibles.
Cruzando las cuatro salas, al fondo reverdece un huerto, espacio en el siembran y cultivan varias especies, entre ellas, cedrón y manzanilla, sabores de los tés aromáticos que expenden.
Durante el recorrido, es evidente la concentración de los usuarios: unos están desinfectado y lavando las plantas, mientras unos separan los tallos de las flores, en la esquina otros usan unas tijeras y las manos para triturar las hojas y finalmente un grupo está listo para poner con una cuchara el producto y sellar con una percha.
Según los docentes encargados, estas actividades no solo fomentan el trabajo en equipo, sino que también fortalecen la motricidad fina y gruesa de los participantes.
Más allá de la comercialización de estos productos, el gran objetivo del proyecto es consolidar una tienda inclusiva que no solo genere ingresos, sino que brinde a cada persona la posibilidad de emprender y alcanzar la independencia financiera.
Desde la Escuela de Emprendimiento Municipal, se han brindado facilidades para la creación de una marca que represente a estos talentosos emprendedores. Además, reciben formación en trato al cliente y marketing digital, herramientas clave para potenciar sus negocios y llegar a más personas con sus productos.
El Peral demuestra que la inclusión va más allá de la asistencia; se trata de generar oportunidades reales, fortalecer habilidades y construir un camino hacia la autonomía. Con estos microemprendimientos, cada participante escribe su propia historia de superación y éxito.
El Dato:
Héctor Chango, usuario de El Peral, se ha convertido en el primer emprendedor del centro al producir jabón de manos de manera independiente. Su logro refleja el objetivo principal del programa: fomentar la autonomía y el emprendimiento, brindando a cada usuario las herramientas necesarias para desarrollar sus propios proyectos.
#LaNuevaHIstoriaEsInclusión


