LAS PASIONARIAS, UN RINCÓN ESCONDIDO DONDE FLORECE EL PROGRESO
En un recóndito sector de la ciudad de Ambato, donde las flores y frutas se entrelazan con el murmullo eterno del río, existe un lugar privilegiado por la naturaleza y la historia. Detrás del emblemático Club Tungurahua, entre paisajes que enamoran y un clima generoso, existe una zona donde las construcciones antiguas del Ambato de antaño conviven con la arquitectura contemporánea, creando un paisaje urbano cargado de identidad.
Durante años, este sector fue testigo silencioso de la fuerza implacable de la naturaleza. La caída de un muro de contención y el arrastre constante de material pétreo por efecto de las lluvias generaron deterioro, inseguridad y aislamiento. Las vías de acceso se volvieron peligrosas y, con ello, las familias sintieron cómo su cotidianidad se volvía vulnerable. La historia comenzó a cambiar. La administración actual del GAD Municipalidad de Ambato escuchó el clamor de su gente y decidió intervenir con una obra de alto impacto, prioritaria por la necesidad estructural, por el valor humano y patrimonial del lugar.
La calle Las Pasionarias es hoy parte del corredor “Vías arteriales y colectoras” del cantón. La intervención contempla 520 metros de longitud con una calzada de hormigón rígido de 5,60 metros de ancho, y aceras de 1,20 metros a cada lado, sumando 8 metros de sección vial que transforman la conectividad de los barrios nororientales de Ambato. Esta obra ha requerido una inversión aproximada de USD 1,75 millones y un plazo de ejecución estimado en 18 meses, debido a la complejidad geológica del terreno y al volumen técnico de la intervención.
Hoy, con los trabajos en su fase final, la obra está próxima a entregarse. Los habitantes del sector, como don Segundo Pullutaxi, muestra su alegría por lo actuado: “Ahora caminamos tranquilos. Esta calle ya no es un riesgo, es un camino seguro que nos une con el resto de Ambato.”. Las Pasionarias representa una reivindicación: demuestra que los lugares menos visibles también son importantes, que el desarrollo llega donde hay voluntad política y mirada justa.
Ambato guarda tesoros ocultos incluso para sus propios habitantes. Recorrerlos es redescubrir la ciudad, ser testigos y veedores de las obras que transforman realidades en silencio, allí donde pocas veces llegan los reflectores, pero donde vive gente que merece la misma atención, el mismo respeto y la misma oportunidad de vivir dignamente. Porque la verdadera transformación también florece en los rincones escondidos del corazón ambateño.
