
Cementerios municipales permanecerán cerrados en feriado
La administración Municipal del alcalde de Ambato, Dr. Javier Altamirano Sánchez, ratificó su decisión de no abrir los cementerios locales hasta culminar el presente año, lo que implica que tampoco podrán ingresar visitantes por el Día de los Difuntos, ni en el feriado que se aproxima.
El burgomaestre tomó esta decisión a fin de precautelar la propagación del coronavirus Covid-19. Esta resolución además fue recomendada por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) y sugerida por el mismo organismo a escala nacional, a todos los gobiernos seccionales del país.
Álvaro Mantilla, director de Servicios Públicos de la Municipalidad, manifestó que los cementerios La Merced de Ambato, San Vicente de Picaihua y San José de Atocha, seguirán prestando los servicios de inhumaciones, exhumaciones y colocación de lápidas.
Mantilla informó que el lunes 2 de noviembre se realizarán dos misas virtuales, presididas por monseñor Giovanny Pazmiño, obispo de la Diócesis de Ambato, actos litúrgicos que serán retransmitidos por la Diócesis y la Municipalidad.
El funcionario recomendó que las familias adquieran flores en los mercados y sitios autorizados a fin de que en los hogares se levanten capillas ardientes para escuchar las misas y de esta forma rendir homenaje a los familiares fallecidos.
La primera misa virtual será a las 10:00, desde el cementerio de La Merced y la segunda a las 12:00, desde el cementerio de la parroquia Picaihua. Los fieles deben respetar las medidas de bioseguridad y tomar todas las precauciones del caso, indicó monseñor Pazmiño.
Según la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa), los cementerios municipales se constituyen en factores de riesgo, toda vez que la descomposición natural de los cuerpos atrae insectos y otras especies que pueden atacar a los deudos de un fallecido.
Otra costumbre de los familiares es colocar ofrendas florales en vasijas, botellas o floreros con agua, lo que facilita la reproducción de insectos que pudiera estar en contacto con un cadáver calificado como de alto riesgo en la actual pandemia.
Un peligro adicional es que, en octubre y noviembre, a los cementerios locales ingresan por lo menos 600 personas por día, quienes realizan actividades en cambio de lápidas, limpieza de nichos, retiro de mala hierba o celebraciones religiosas.
A este grupo se suman alrededor de 500 personas que se dedica al comercio de flores, tarjetas, alimentos y bebidas, quienes no respetan las disposiciones de la administración del cementerio, lo que no permitirá un distanciamiento adecuado a fin de evitar contagios.